APORTACIONES DEL MODELO 70-20-10
AL CONTEXTO ESCOLAR
La importancia de una formación
adecuada y efectiva en el mundo empresarial ha dado origen a diversas
investigaciones que intentan descubrir el modelo más adecuado para formar a sus
empleados. Una de la más interesantes es la resultante de las observaciones
efectuadas por Morgan McCall y dos de sus colegas, Michael M. Lombardo and
Robert W. Eichinger, quienes en 1996 publicaron los datos recogidos en el libro
The Career Architect Development Planner.
En dicho estudio se establece que
los directores con éxito aprendieron de la siguiente manera:
-
El 70% se obtiene de la propia experiencia, es
decir, trabajando. De hecho, el profesor Allen Tough, en los años 1960 y 1970, ya
estableció que el 70% del aprendizaje se obtiene de manera autodirigida y en el
lugar de trabajo.
-
El 20% se obtiene de las personas con las que se
relaciona en el lugar de trabajo, especialmente el jefe.
-
El 10% restante es lo que se obtiene de cursos
específicos y lecturas. Lo que llamamos la educación formal.
"El desarrollo del aprendizaje generalmente
comienza con una comprensión de una necesidad actual o futura y la motivación
para hacer algo al respecto. Esta puede
venir de retroalimentación, un error, de observar las reacciones de otras
personas, en su defecto o no estar a una tarea - en otras palabras, de la
experiencia. Los porcentajes son que el aprendizaje
se desarrollará aproximadamente en un 70% a partir de experiencias en el puesto
de trabajo, trabajando en tareas y problemas;
alrededor del 20% de la retroalimentación y trabajar en torno a buenos y
malos ejemplos de esa necesidad, y el 10% de los cursos y de la lectura
". Lombardo y Eichinger (1996)
Estos
resultados han colocado al 70-20-10 como modelo de referencia para la formación
en instituciones y empresas y enfatiza la importancia del aprendizaje social,
algo que ya predecía A. Bandura en su
Teoría del aprendizaje social (1977).
Para verlo más
claro en el mundo educativo podemos clasificar esos porcentajes según el estilo
de aprendizaje:
10%
Aprendizaje formal (Libros de texto y escuchar al profesor)
20%
Aprendizaje Social (interacción con amigos, familia…)
70%
Practicando la tarea.
Es decir, que
si trasladamos de una forma explícita este modelo al aula, encontraríamos que
nuestros alumnos obtienen la mayor parte de su aprendizaje practicando las
tareas que les encomendamos o realizan por su cuenta. El 20% es lo que
obtendrían relacionándose con entorno (sus compañeros y familia) y un pequeño
10% lo que obtendrían de las lecturas de los libros de texto o directamente de
su profesor. Esto tiene que forzosamente dar que pensar a los docentes.
Evidentemente, en el aula ocurren interacciones con el profesor y compañeros
que dan lugar a aprendizajes no necesariamente de contenidos sino también de
valores y actitudes. Esto raramente ocurre en un puesto de trabajo.
De cualquier
manera, si estamos en lo cierto, la mayor parte del aprendizaje se obtiene
haciendo. Esto, que a la postre parece bastante obvio, sigue siendo olvidado
por la mayor parte de los docentes en sus aulas. Sin embargo, las implicaciones
de este modelo en la educación escolar pueden ser mucho más importantes. Las
personas aprenden cuando practican y se enfrentan a problemas en los que deben
encontrar soluciones. Soluciones que en muchos casos implican trabajo en
equipo.
Además, como
comenta Jennings, este punto está
corroborado por la neurociencia y la curva del olvido (Ebbinghaus, 1885) que
refleja que olvidamos el 50% de lo aprendido en la hora siguiente a no ser que
tengamos la oportunidad de ponerlo en práctica dentro de esa hora.
Ante estas
evidencias deberíamos repensar nuestros estilos de docencia y dotar a los
alumnos de un papel mucho más activo en el aula. Sin embargo, los actuales
currículums impuestos por la administración educativa, siguen empeñados en que
los alumnos aprendan y memoricen una enorme cantidad de contenidos teóricos,
que por otro lado olvidarán en poco tiempo, y relegan a un segundo plano las
renombradas competencias que nuestros alumnos deberían obtener al acabar la
educación obligatoria o universitaria.
Esta
recurrente incoherencia entre el mundo laboral y la educación formal
(incluyendo la universidad) hace que las empresas deban recurrir a modelos como
el que reflejamos aquí para dotar a sus trabajadores de la formación adecuada con
el menor coste y en el menor tiempo posible.
Según Jennings
(2011), implementar este tipo de modelo “requiere que las personas piensen
sobre los instrumentos, la práctica y las técnicas que se van a adoptar en
lugar de simplemente distribuir información y realizar cursos formales y
estructurados”. Pero además, las personas encargadas de gestionar esta
implementación deben ayudar a que se den las condiciones adecuadas favoreciendo
nuevas experiencias, la oportunidad de practicar lo aprendido, exponer a los
alumnos a nuevos roles, intercambio de tareas, etc.
En este punto
las tecnologías de la información y la comunicación pueden jugar un papel fundamental.
Hacer uso de tecnologías educativas que favorezcan la colaboración, el
descubrimiento, la práctica y la gestión adecuada de la información debe ocupar
un lugar muy destacado en la práctica
educativa.
De acuerdo con
Jennings, si este modelo tiene un gran porcentaje de aprendizaje informal el
que lo gestiona puede preguntarse cómo se dirige este aprendizaje. Pues, parece
que la pregunta no es correcta ya que este modelo no hay que dirigirlo sino que
hay que facilitar las condiciones, apoyarlo con recursos y ayudar a que ocurra.
Traducido al ambiente escolar, el rol del profesor pasa a ser el de un facilitador
del aprendizaje, que logra poner en el aula las condiciones adecuadas para que
el alumno aprenda desde la práctica.
Implementar
modelos similares en las escuelas y universidades pasa por cambiar el paradigma
actual a uno más relacionado con el mundo real en el que están inmersos
nuestros alumnos. Utilizar las tecnologías a nuestro alcance y dotar a nuestros
alumnos de la capacidad de gestionar su propio aprendizaje.
Referencias:
Lombardo,
Michael M; Eichinger, Robert W (1996). The Career Architect Development Planner. Lominger Limited.
Tough, Allen. (1971) The Adult's Learning
Projects: A fresh approach to theory and practice in adult learning (Research
in education series) Ontario Institute for Studies in Education
Jennings, Charles (2013) 70:20:10 Framework
Explained: Creating High Performance Cultures. 70:20:10 Forum Pty, Limited
Bandura, A. (1977). Social Learning
Theory, Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall.
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